Casi todos hemos ido alguna vez a una entrevista de trabajo, pero pocos hemos sido los que nos hemos preparado esa entrevista a conciencia para conseguir el puesto. Si aún no tienes claro qué hacer y cómo actuar ante las entrevistas, te recomiendo que leas este artículo.
Para empezar, la persona que va a una entrevista debe conocer la empresa, saber qué hacen y cuál es su filosofía. Tiene que desarrollar, previamente, un guión de respuestas en base a las preguntas más utilizadas en las entrevistas. Uno tiene que exponer con claridad, firmeza y convicción lo que quiere decir.
Nos preguntarán cosas de todo tipo: habilidades, conocimientos, experiencias vida personal, futuro deseado a corto, medio o largo plazo, etc. Tenemos que saber con anterioridad qué quiere la empresa y ofrecerles justamente eso. Obviamente no se trata de mentir, más bien de enfatizar las habilidades que se tengan y favorecer nuestra candidatura. Si el curriculum vitae es el primer contacto con el buscador de empleo, la entrevista es el segundo y, quizás, el último. Hay que saber estar, mostrando actitudes positivas que animen al empleador a seguir escuchando todos los aspectos de tu persona.
Como he dicho, no importa lo que tienes, importa lo que la empresa quiere y como eres capaz de vendérselo. Es cierto que muchas personas negarán esta forma de actuar, pero en el fondo todos saben que es la más efectiva. ¿Te preguntan si eres una persona con iniciativa y no lo tienes claro? Afírmalo sin dudarlo y da un ejemplo de una situación en la que esa iniciativa incierta ha visto la luz.
Lo importante en las entrevistas, en mi opinión, es no tener miedo y saber qué responder en todo tipo de situaciones. Desenvolverse ante la adversidad es un punto a favor del entrevistado, por lo tanto, ¡hazlo!