Legalizando las drogas

El consumo de drogas es una actividad peligrosa que perjudica gravemente la salud. Son muchos los efectos adversos que producen en las personas su consumo. El cannabis, la cocaína, el alcohol o el tabaco producen  muertes cada año, accidentes, problemas mentales y muchas otras situaciones indeseables.Drogas

El consumo de drogas legales e ilegales se incrementa cada año. De hecho, y según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el consumo en España ha incrementado cada año en todos los grupos de edad y sexo.

En la mentalidad colectiva existe la idea de que las drogas son consumidas mayoritariamente por grupos marginados de la sociedad, personas enganchadas que necesitan de la droga para “sobrevivir”, pero la realidad es bien distinta: la mayoría de los consumidores de drogas ilegales lo hace de forma moderada y ocasional.

Sea de una forma u otra, la realidad es que la gente consume drogas ilegales. Las drogas se encuentran, están ahí, en la calle, a la espera de un cliente. No es difícil conseguirlas, de hecho, resulta relativamente sencillo. Tenemos droga en las puertas de los institutos, en los parques, en las plazas, en las entradas de las discotecas… Tenemos droga siempre que la queramos tener.

El Estado cree que puede hacer la guerra contra la droga, contra las mafias, contra el movimiento silencioso de mercancías que todo el mundo sabe que existe. La guerra contra las drogas es una cruzada moral, una lucha que, irremediablemente, nunca va a finalizar.

Si el Estado destruye  un canal de distribución de sustancias nocivas, el “mercado” abre otro. El mercado de la droga extorsiona, soborna y mata a cientos de personas al año, mueve millones de euros y convierte a la sociedad en una esclava de su poder.

Muchos de estos grandes males se solucionarían con la legalización de las drogas. El Estado podría controlar la calidad de las sustancias, el canal por el que se distribuye, las personas que lo consumen, incluso se beneficiarían de los impuestos que se le pondrían.

No nos engañemos, en el mercado existen sustancias similares al cannabis que son legales. Y yo podría estar a favor de la ilegalidad de las drogas si esto sirviera para reducir su consumo, pero no lo hace. Ha habido muchos casos de muertes por culpa de la adulteración de las sustancias, muchos robos a <<camellos>> para robarles sus beneficios, muchas puñaladas, muchos tiroteos. Controlar los puntos de venta y la calidad de la sustancia ayudaría muchísimo más a la población.

Muchos podrán pensar que una vez que se pone a disposición de “todo el mundo” el consumo de drogas, todos se volverán adictos. Y si bien es cierto que la auto-regulación en tema de drogas puede ser un problema, que se deberá solventar con educación, la ilegalidad de las mismas no ha servido para nada.

Publicado por

Jesica Prades

Autora de "Viviendo en USA". Interesada en negocios, marketing, senderismo y jardinería. Me gusta pasar mi tiempo libre dando paseos por la naturaleza, leyendo, aprendiendo nuevas cosas y jugando a videojuegos.

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