De la utilidad de poseer las cosas

Uno puede poseer algo, digamosle flor, digamosle animal. Esa cosa poseída, que también puede ser un ser humano, es beneficiada en algún aspecto por ser de alguien. Consique que la rieguen, consique que lo alimenten, consigue que le den amor.
You’re lost!
Sin embargo, existen cosas que se desean poser y que no recibe beneficio alguno al ser poseída. Entonces, ¿cuál es la razón de su posesión? La queremos para darnos un placer propio. Pero, si la cosa deseada no puede beneficiarse de nuestra posesión, ¿cómo nos beneficiamos nosotros de ser poseídos por esa cosa?
Porque no hay que olvidar que en esta segunda clase de cosas, nosotros somos los poseídos y no los poseedores.
Jessica Prades.

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