“¿Cómo se encuentra el primer trabajo en Pedagogía?” – comentaron.
Sin duda, esta era la pregunta que más importancia tenía para mí; aun así, la respuesta no me sorprendió. Son los contactos personales los que nos abren las puertas una vez que hayamos terminado nuestra carrera. Los contactos personales y no una autocandidatura fuertemente defendida, aunque nadie quita que esto no influya en el resultado final.
El instituto, la formación, los centros TIC, los servicios socioculturales son algunos de los ámbitos donde un pedagogo puede realizar su cometido, pero sin duda el plato fuerte es ser el “Formador de formadores”: modular cursos para empresas mayoritariamente. Es cierto que nos dejaron constancia de un nuevo camino del pedagogo, camino que se está descubriendo recientemente y que tiene mucho por hacer. No es otro que el de los recursos TIC y la enseñanza virtual. Cada día más, las empresas optan por formar a sus empleados de esta forma: menor coste, mayor eficiencia. Sin duda, todo un campo por explotar donde requieren la mano de un asesor de recursos tecnológicos para crear las acciones formativas lo más productivas posibles. El pedagogo se vende con la frase siguiente: “somos facilitadores de algo…” ¿De qué exactamente? Nadie lo sabe.
Parece que no es suficiente formarse durante cuatro años, además uno debe ser un autoformador de las demandas que existen o las demandas que no existen, pero existirán. El pedagogo, ese profesional que nadie sabe con exactitud para que sirve, que lucha por hacerse un hueco en una sociedad donde su labor no está, ni de lejos, reconocida y que, aún así, hace falta.

La pedagogía no es carrera de cualquiera, sólo las personas con iniciativa real podrán alcanzar, probablemente, el final del camino. ¿Por qué esta afirmación? Es difícil ver a un colectivo de personas capaces de aguantar la incertidumbre que la pedagogía levanta. Y no creo que eso esté mal, podríamos calificarlo como una estrategia, intencional o no, para seleccionar al personal.
No olvidemos que trabajos donde se requieran de pedagogos no abundan.